Como equipo grande, la diferencia que está marcando la U de Chile con Álvarez 

Universidad de Chile ha estado marcando una clara diferencia en su enfoque y estrategia bajo la dirección del técnico Gustavo Álvarez. Con la incorporación de Matías Sepúlveda, la U ha cerrado su séptimo refuerzo, consolidando una plantilla fuerte para la temporada 2024.

Sepúlveda, quien llega libre tras su paso por Audax Italiano, es un claro ejemplo de la política de fichajes de la institución, enfocada en asegurar jugadores sin costos de transferencia elevados, pero que puedan llegar a potenciar el equipo titular.

Esta estrategia de fichajes se alinea con el plan financiero del club, que busca maximizar los recursos disponibles. A pesar de contar con un presupuesto considerable, proveniente de ingresos recientes como la venta del pase de Darío Osorio y un lucrativo acuerdo de patrocinio con Jugabet, la U ha sido cautelosa en sus gastos. Hasta el momento, ha invertido solo una fracción de sus ingresos, demostrando una gestión financiera prudente y eficaz.

La visión a largo plazo de la dirigencia de la U es evidente. A pesar de tener los fondos para realizar más fichajes costosos, el club opta por una estrategia conservadora, reservando recursos para futuras inversiones. Este enfoque sugiere que la U busca no solo fortalecer su plantilla actual, sino también prepararse para oportunidades futuras que puedan surgir en el mercado de fichajes.

El liderazgo de Gustavo Álvarez

El liderazgo de Álvarez ha sido clave en este proceso. Su capacidad para identificar y nutrir talentos, combinada con una estrategia de fichajes inteligente, ha puesto a la U en una posición favorable para competir en la temporada 2024. Con un enfoque equilibrado entre el desarrollo de jugadores del fútbol local y la adquisición estratégica de refuerzos que tienen toda la confianza del DT, como Luciano Pons, el equipo azul trabaja en el CDA con la mente y las energías recargadas, con casi dos futbolistas de nivel por puesto.