Por Axel Reyes
La derrota de Universidad de Chile ante Coquimbo Unido en el inicio de la Copa de Verano ha encendido las alarmas en el Centro Deportivo Azul. Más allá del resultado, el rendimiento del equipo ha dejado muchas dudas, especialmente en la zona derecha de la defensa, donde la decisión de no incorporar refuerzos comienza a pasar factura.
Con la salida de Juan Pablo Gómez, Universidad de Chile decidió no buscar un reemplazo en esa posición, confiando en que la línea de tres defensores cubriría las necesidades del equipo. Sin embargo, el partido ante Coquimbo Unido demostró que esta decisión podría ser arriesgada.
Durante el encuentro, la banda derecha de Universidad de Chile sufrió bastante. Maximiliano Guerrero, titular en esa posición, tuvo que salir lesionado en el entretiempo, mientras que Fabián Hormazábal también sintió molestias. Esto obligó al equipo a modificar su esquema táctico y a jugar con cuatro defensores.
La falta de profundidad en la banda derecha podría tener consecuencias negativas para Universidad de Chile a lo largo de la temporada. Las lesiones y las suspensiones son parte del fútbol, y si el equipo no cuenta con un recambio de garantías en esa posición, podría sufrir mucho en los partidos importantes.
Por el momento, desde Universidad de Chile aseguran que no se arrepienten de la decisión de no reforzar la banda derecha. Sin embargo, es evidente que la situación está siendo evaluada y que podrían cambiar de opinión en el futuro.
Hace unas semanas, Universidad de Chile estuvo muy cerca de fichar a Nicolás Fernández, lateral izquierdo de Audax Italiano. Sin embargo, la negociación se frustró en el último momento. El jugador sigue sin equipo, lo que podría abrir una nueva oportunidad para los azules.
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