Por Santiago Rojas
La final de la Supercopa entre Colo Colo y Huachipato concluyó de manera abrupta y sin un equipo victorioso, dejando un sabor amargo en el ambiente futbolístico nacional. A pesar de que el equipo albo mostraba una superioridad indiscutible en el terreno de juego, un comportamiento inaceptable por parte de algunos aficionados llevó a la suspensión del encuentro, dejando pendiente el desenlace de este enfrentamiento.
Los incidentes de violencia que marcaron el partido fueron desde la vandalización del memorial en el Estadio Nacional hasta confrontaciones directas con Carabineros, evidenciando un problema de conducta que excede el ámbito deportivo.
La imagen de parte de la Garra Blanca siendo reubicada a la pista atlética del estadio, lejos de las gradas, durante la segunda mitad del juego, quedará en la memoria como un recordatorio de una jornada caótica, que dista mucho del espíritu deportivo que se busca promover en estos eventos.
Daniel Morón, gerente deportivo de Blanco y Negro, solo quería seguir jugando, sin quizás tomarle el peso a la gravedad de lo que estaba ocurriendo. “La postura de Huachipato era similar. Ellos entienden que sería una pésima señal que se dé por suspendido el partido. Todos los jugadores estaban muy molestos, estaban con el afán de que continuara esto, faltando 12 minutos... Creo que si esto se hubiese terminado en el entretiempo, se hubiera justificado más”, señaló el director deportivo.
“Hemos estado en reunión con la gente de la ANFP y Huachipato. Mañana tienen reunión de directorio y seguramente tomarán una decisión. Esperamos la reunión de directorio de mañana y ver qué pasará”, concluyó Morón, dejando en claro que aún hay esperanzas de que el partido pueda terminarse en cancha.
22/12/2024
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