Por Santiago Rojas
Es un hecho que estos primeros meses de 2023 no se parecen en nada a como terminó el año pasado para Colo Colo. En la última temporada los albos fueron justos campeones, quitándole 4 años de supremacía a Universidad Católica, y prometiendo armar un plantel que arrasaría en el torneo local y pelearía internacionalmente.
Lo cierto es que, en estas primeras fechas, los albos han mostrado una irregularidad preocupante, sumando apenas 7 puntos de 15 posibles, ocupando el décimo lugar y alejándose de los líderes del torneo. Y la preocupación no es solo futbolística, sino también se ha prolongado a lo dirigencial y a la relación que ha tenido el entrenador Gustavo Quinteros con parte del plantel.
El entrenador boliviano ha sostenido una convivencia de dulce y agraz con los jugadores más jóvenes, teniendo cada cierto tiempo problemas con algunos de ellos, al punto de prescindir de promisorias figuras que, al no tener espacio en el plantel, terminaron por rebelarse y dejar la Institución de manera gratuita, sin ningún ingreso para las arcas del club.
La dirigencia ha visto impotentemente como los millones de dólares que podían haber dejado Luciano Arriagada, Joan Cruz, o incluso Gabriel Suazo, se han transformado solo en críticas por una gestión lenta, que ahora tiene al club nuevamente cerca de perder a uno de sus jugadores de proyección, que al no ver un futuro en el club, amenaza con dejarlo gratis.
Alexander Oroz, el veloz delantero que sorprendió durante la temporada pasada con tan solo 18 años, apenas acumula 31 minutos en este torneo. Su vínculo vence en diciembre, así que desde junio ya podría empezar a negociar un nuevo contrato con cualquier club que quiera adquirirlo como agente libre, dejando a los albos nuevamente sin un potencial ingreso económico para sus arcas.
23/12/2024
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