Por Santiago Rojas
La etapa de Fabián Castillo en Colo Colo, marcada por las expectativas y las lesiones, ha terminado en una nota de autocrítica y desencanto. El jugador colombiano, que llegó al Cacique con la promesa de brillar tras las salidas de figuras clave del equipo, dejó una mala imagen, además, tenía el peso de ser el salario más alto.
En una entrevista reciente con Deportes en Agricultura, Castillo reflexionó sobre su tiempo en Colo Colo, destacando la falta de una relación cercana con el entonces entrenador Gustavo Quinteros. “Con el profe nunca tuvimos una charla íntima. Desde que llegué sólo me dio la bienvenida y empecé a trabajar”, reveló Castillo.
Las lesiones jugaron un papel crucial en el desempeño del colombiano, interrumpiendo su adaptación y ritmo de juego. “Costó muchísimo, más que nada las lesiones frenaron mucho la adaptación. Nunca logré adaptarme al fútbol chileno. Las lesiones te empiezan a parar el ritmo, te empieza a costar muchísimo más. Después te recuperas, pero sigues con dolores”, explicó el delantero, que solo tuvo acción en la primera parte del año.
A pesar de no cumplir con las expectativas, Castillo tuvo una reflexión positiva. “No fue lo que se esperaba, pero igual estoy orgulloso de haber pertenecido a Colo Colo”, dijo el cafetalera, quien tenía un salario de 60 mil dólares, según La Tercera.
En total, Castillo participó en 19 partidos en diferentes competiciones, marcando solo dos goles y brindando dos asistencias en 849 minutos en el campo. Su experiencia en Colo Colo quedará como un recuerdo de lo que pudo haber sido y no fue, una historia de oportunidades perdidas y desafíos no superados, como tantos otros en el paso de Gustavo Quinteros.
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