Por Santiago Rojas
El año 2022 de Universidad de Chile debe ser uno de los peores de su historia, solo superado por el 2021, donde estuvieron a segundos de descender a Primera B. La historia casi se repitió 12 meses después, sin embargo, el arribo de Sebastián Miranda terminó salvando una campaña que ya desde un inicio partió mal.
El entrenador colombiano, Santiago Escobar, arribó a inicios de la temporada pasada sorpresivamente. No se entendía mucho su elección, y rápidamente se comenzaron a justificar todas las dudas que existían por un nombre que no conocía el medio local y llegaba en un momento institucional muy complejo.
El DT colombiano llegó con el seleccionado ecuatoriano Hernán Galíndez, el capitán de Montevideo City Torque, Álvaro Brun, y el seleccionado boliviano José María Carrasco. La idea del gerente deportivo, Luis Roggiero, era dotar al plantel de líderes impuestos, cosa que a las pocas semanas ya se demostró que no funcionó.
Uno de los jugadores que perdió la titularidad y tuvo que conversar su salida porque lisa y llanamente la estaba pasando mal, era Hernán Galíndez, argentino nacionalizado ecuatoriano que se comentó a asustar porque el entrenador Gustavo Alfaro lo comenzó a asustar con su presencia en el Mundial. Galíndez finalmente partió en junio y fue la mejor decisión posible.
El arquero ecuatoriano regresó a Aucas en junio, equipo con el que fue campeón jugando a tan buen nivel que le permitió ser titular en todos los partidos de la Copa del Mundo. Ahora comenzó jugando la Copa Libertadores venciendo a Flamengo, siendo elegido en el 11 ideal del inicio de Copa Libertadores. Ahora volverá a Chile a enfrentar a Ñublense, con una nueva historia por delante, dejando atrás su triste pasado por Universidad de Chile.
23/12/2024
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