Por Santiago Rojas
La relación del fútbol y la fama no siempre trae resultados positivos, lamentablemente. En el fútbol mundial, pero también en el nacional, cada cierto tiempo asoman nuevos casos de futobolistas que fueron vencidos por su entorno, que no supieron aprovechar el talento que tenían.
En los noventas, uno de los nombres que más sonaban detrás de los internacionales Iván Zamorano y Marcelo Salas, era el de Juan Carreño. Delantero que se formó en Colo Colo y que empezó a tener muy buenas actuaciones al poco tiempo, pero ya defendiendo los colores de Unión Española.
Su buen rendimiento lo llevó a la selección, donde recibió el golpe que le cambió la vida. Nelson Acosta decidió dejarlo fuera del equipo que iba a la Copa del Mundo de Francia 98, una desilusión que fue más fuerte con una personalidad que ya había mostrado rasgos de no dominarla del todo bien.
“Me afectó mucho no haber ido a Francia. No le hice daño a los demás, pero me hice mucho daño culpándome de por qué no había ido al Mundial, por qué había peleado”, contó en conversación con Las Últimas Noticias. “Sentí el golpe y estuve cinco años de mi vida desorientado. Terminé en alcohol y drogas. Sufrí mucho e hice sufrir a los míos”, explicó el exfutbolista.
Juan Carreño cuenta que no ha vuelto nunca más a una cancha. “Necesitaba aislarme, volver a mis raíces, sacar mi campo adelante con mi familia e insertarme en la sociedad como una persona normal. Mi familia y el campo me salvaron”, relata desde San Vicente de Tagua Tagua, donde se dedica a cultivar sus tierras, ya lejos del verde césped de los estadios de fútbol.
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