Por Santiago Rojas
Los futbolistas chilenos que jugaron desde la década de los 80’s hacia atrás, se han quejado amargamente de haberse perdido la épica de la abundancia, la que en el fútbol chileno comenzó particularmente en los noventas, cuando los clubes empezaron a invertir en figuras de renombre continental.
Los altos salarios de jugadores como Alberto Acosta, Marcelo Espina o Néstor Raúl Gorosito ampliaron también la puntería de las figuras nacionales. Además, se abrió el mercado a otras latitudes y los jugadores chilenos comenzaron a firmar millonarios contratos, principalmente en el fútbol mexicano.
Uno de estos jugadores fue el mítico Cristian ‘Pistola’ Flores, quien apareció en Santiago Wanderers y luego tuvo un paso por Colo Colo, pero fue en México donde amasó una fortuna. “En Wanderers ganaba 1,4 millones, en Everton y en el ‘Shago’ 1,2, en Colo Colo 4 y en México 26, más premios semanales que eran de ocho o nueve millones. Llegué a tener una cuenta de 600 millones de pesos, pero si hoy me preguntas qué quedó de eso”, reflexiona el exjugador en conversación con Diario As.
“Terminé durmiendo en una pieza de cuatro por cuatro, con colchones en el suelo y con todos los muebles amontonados”, añade, antes de explicar parte de esa millonaria pérdida. “Casi me morí por sobredosis. Tenía 600 millones y los perdí en drogas”, dice, ya sin vergúenza. “Ahora son un hijo del Señor, empecé una nueva vida”, cuenta a As.
Cristian Flores llegó a un Colo Colo lleno de estrellas e incluso alcanzó a jugar en la selección chilena, pero lamentablemente las malas decisiones lo hicieron tocar fondo. Hoy vive en su natal Valparaíso, entrenando a niños en clubes de barrio, contando algo de su experiencia “para que no comentan los mismos errores”, concluye.
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