Por Santiago Rojas
Una noticia que los hinchas no pueden creer. “Se están riendo de nosotros”, fueron varios de los mensajes que se encontraron en las redes sociales luego de que comenzara a circular la información sobre la fecha en que se jugarían los 60 minutos restantes del clásico universitario que debió suspenderse por incidentes.
El pasado 30 de abril, Universidad de Chile y Universidad Católica estaban animando un deslucido clásico en el Ester Roa de la ciudad de Concepción. Los azules eran un poco mejor hasta los 32 minutos, que fue cuando el árbitro Francisco Gilabert se vio obligado a suspender el partido por serios incidentes en las tribunas.
Después de la suspensión se quedaron de jugar los 60 minutos restantes en una fecha a confirmar y a puertas cerradas. Era lo único claro. En un principio la primera fecha que se dio para terminar de disputar el clásico universitario fue el martes 23 de mayo, una vez que se jugaran todos los encuentros de la primera ronda.
Sin embargo, en una información entregada por el periodista Marcelo Díaz durante el duelo de azules y piratas, se dio a conocer que el duelo recién se jugaría en la última semana de junio, es decir, en un mes y medio más, porque los equipos prefieren irse de vacaciones y volver a jugar el partido recién a la vuelta del receso, en el segundo semestre.
Fanáticos tanto de Universidad de Chile y Universidad Católica demostraron toda su molestia por la determinación que habrían tomado ambos equipos, aunque la ANFP aún no les habría dado el sí. De todas maneras, la disposición de estos equipos sorprendió a sus fanáticos, que lo ven como una falta de respeto a sus colores.
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