Ni en Ecuador, lo que hacen en México para deshacerse de Byron Castillo

El caso de Byron Castillo ha sacudido no solo a la selección ecuatoriana y las Clasificatorias Sudamericanas, sino también al fútbol mexicano. El reciente fallo del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) confirmó que la denuncia de Chile tenía real asidero y que Castillo es colombiano, y ha estado jugando con documentos falsos.

Actualmente, Grupo Pachuca, propietario de los derechos del jugador en la Liga MX, enfrenta un dilema significativo. Tras los problemas legales relacionados con la nacionalidad de Castillo, “el club busca desvincularse del futbolista tanto en los Tuzos como en el Club León”, según informó el portal mexicano Fútbol Total.  

La situación es particularmente compleja debido a que Byron Castillo jugó en la selección ecuatoriana con un pasaporte legítimo, aunque con información falsa. Esto ha llevado a Pachuca a considerar la venta o transferencia del jugador para el torneo Clausura 2024, evitando así cualquier repercusión legal adicional que pueda surgir tanto de la Federación Mexicana de Fútbol (FMF) como de la Liga MX.

“El Grupo Pachuca reconoce que mantener a Castillo podría resultar en multas o sanciones, dada la seriedad del asunto de su documentación”, añadió el medio mexicano. Además, el rendimiento del jugador en la Liga MX no ha sido el esperado, lo que añade otra capa de complejidad a la decisión del club.

Piensan en deshacerse del jugador y recuperar algo de la inversión

El contrato de Castillo con Pachuca vence en junio de 2024, y el club busca negociar su salida antes de que finalice para recuperar parte de la inversión de 3.1 millones de dólares realizada en su fichaje desde el Barcelona de Guayaquil.

Curiosamente, es el club ecuatoriano quien muestra interés en repatriar a Castillo, considerándolo una prioridad para reforzar su plantilla a principios de 2024. Pachuca está abierto a negociaciones, ya sea a nivel nacional o internacional, con el objetivo de obtener algún retorno económico por el jugador, que, hasta ahora, ha significado una pésima inversión.