Por Santiago Rojas
Lamentablemente no es una sorpresa para el fútbol chileno que jugadores jóvenes emigren pensando en dar rápidamente el salto al primer mundo del balompié, pero que se encuentren con una realidad que les termina impidiendo seguir creciendo como quizás podrían haberlo hecho en el campeonato chileno o en mercados cercanos.
El gran ejemplo de Alexis Sánchez y Gary Medel, quien pasaron del fútbol chileno al argentino antes de dar el salto a Europa, tal como lo había hecho antes Marcelo Salas, parece no ser tomado en cuenta por la mayoría de los futbolistas nacionales, que prefieren arribar directamente a ligas más competitivas sin estar quizás con el desarrollo adecuado.
Ese fue el caso de Diego Valencia, quien después de 4 buenas temporadas en Universidad Católica, pero sin consolidarse completamente como goleador o titular, partió al fútbol italiano a ganarse un nombre, pero solo ha conseguido estancar su desarrollo y desaparecer completamente de la órbita de la selección chilena.
Diego Valencia arribó en 2022 a la Salernitana, equipo donde no ha sido titular en ningún encuentro, ha ingresado en 12, pero no ha podido aportar con goles. El delantero formado en Universidad Católica tiene 23 años y ya estaría buscando un nuevo destino donde pueda jugar más, porque en su actual club no tendría protagonismo.
Lo lamentable para el delantero nacional es que al no jugar y no tener un rol llamativo, Eduardo Berizzo lo ha sacado completamente de su carpeta. Incluso Diego Rubio, que este año prácticamente no ha jugado, por lesión, está más arriba que él dentro de las opciones de seleccionables, solo porque juega regularmente y hace goles, aunque es en una liga menor, como la MLS.
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