Liga Chilena

Era el próximo Arturo Vidal de Colo Colo, tocó fondo y ahora juega en Primera B

Tenía el potencial para ser el nuevo Arturo Vidal, pero al final las cosas no se dieron como se esperaba

Por Mateo Garzón

Arturo Vidal (Foto tomada de: Top/Colo Colo/Wikipedia)
Arturo Vidal (Foto tomada de: Top/Colo Colo/Wikipedia)
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Juan Araya, mediocampista que nació en Colo Colo actualmente se encuentra en San Luis de la Primera B. Llegó desde la Sub-16 y pintaba para grandes cosas, pero se estancó y tocó fondo, pues incluso fue a un bar a tomar. Araya cuando salió del cacique y no encontraba equipo, incluso lloró y necesitó ayuda para salir de ese abismo.

La historia de Juan Araya es un claro ejemplo de las vueltas que da el fútbol. Un joven que deslumbró en las inferiores de Colo Colo, llegando incluso a ser convocado a la Selección Chilena Sub-17, y que pintaba para ser el “nuevo Arturo Vidal”, hoy lucha por recuperar su carrera en el Ascenso, defendiendo los colores de San Luis de Quillota. Su relato, entregado al Diario AS, conmueve y refleja la dura realidad que viven muchos jóvenes futbolistas.

Araya llegó a Colo Colo en la Sub-16, un salto que parecía catapultarlo al profesionalismo. “Yo llegué a Colo Colo a la Sub-16 y antes había pasado por varios equipos donde quedaba un rato y después me sacaban. Al club llegué porque me vieron jugar y se dio que al mes siguiente me llamaron a la Selección Sub-17. Todo fue muy rápido. Esos años en Colo Colo fueron muy bonitos”, recuerda con nostalgia.

Sin embargo, el sueño albo se fue diluyendo con el tiempo. Las oportunidades en el primer equipo nunca llegaron y Araya se vio fuera del club, iniciando un difícil peregrinaje por distintos equipos. “Muchos saben que se viven cosas lindas en los clubes grandes y cuando uno sale de ahí, se da cuenta y valora las cosas”, reflexiona sobre su paso por el Monumental.

El duro camino tras Colo Colo: De las pruebas al abismo

La salida de Colo Colo marcó un antes y un después en la carrera de Araya. El jugador se enfrentó a la cruda realidad del fútbol, donde las oportunidades escasean y la competencia es feroz. “Cuando quedé sin jugar, me acuerdo de que fui a probarme a hartos equipos antes que a Deportes Limache. Pasaron cosas y un día me quedé sin equipo”, relata con crudeza.

El momento más difícil llegó cuando se vio sin club, sin rumbo y con la incertidumbre carcomiéndolo. Araya tocó fondo. “Me puse a llorar, estaba mal. Fui a un bar, me puse a tomar solo y a llorar”, confiesa con valentía, mostrando la vulnerabilidad que a menudo se esconde detrás de la figura del futbolista.

Este relato sincero y desgarrador revela la fragilidad del mundo del fútbol, donde el éxito y la fama pueden desaparecer de un momento a otro. Araya, quien alguna vez fue considerado una promesa, se vio sumido en la desesperación y la soledad.

El rescate y el renacer en Limache

En medio de la oscuridad, apareció una luz: Fuad Rumie, quien lo rescató y lo llevó a Deportes Limache. “Ahí Fuad (Rumie) me fue a buscar y al día siguiente me llevó a Limache”, cuenta Araya, agradecido por la oportunidad de volver a jugar.

Limache significó un nuevo comienzo para Araya. En el club de la Región de Valparaíso, el jugador encontró la estabilidad y la confianza que necesitaba para recuperar su nivel. Su buen rendimiento lo llevó a fichar por San Luis de Quillota, en la Primera B, donde actualmente busca consolidarse y relanzar su carrera.

Del “nuevo Vidal” a la lucha en el Ascenso: una lección de humildad

La historia de Juan Araya es una lección de humildad y perseverancia. Un recordatorio de que el talento no lo es todo en el fútbol y que el camino al éxito está lleno de obstáculos. Araya, quien alguna vez fue comparado con Arturo Vidal por su despliegue físico y su llegada al área, hoy lucha en el Ascenso con la misma pasión que lo llevó a vestir la camiseta de Colo Colo y la Selección Chilena.

Su relato sirve como un llamado de atención para los jóvenes futbolistas que sueñan con llegar a la cima. Les recuerda que el camino no es fácil y que deben estar preparados para enfrentar las dificultades. También destaca la importancia del apoyo y la contención en los momentos difíciles, como el que encontró Araya en Fuad Rumie.

Hoy, Juan Araya mira hacia adelante con la esperanza de volver a brillar en el fútbol. Su historia es un testimonio de resiliencia y un ejemplo de que, incluso después de tocar fondo, siempre hay una oportunidad para renacer. Su presente en San Luis de Quillota es una nueva oportunidad para demostrar el talento que lo llevó a ser considerado el “próximo Arturo Vidal” y escribir un nuevo capítulo en su carrera.

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