Por Santiago Rojas
Universidad de Chile estuvo a segundos de perder la categoría en 2021, cuando un milagroso tanto de Junior Fernandes les permitió salvarse, en un año que había sido nefastro en lo deportivo y lo institucional. Para el 2022 el club tomó cartas en el asunto y se juramentó no repetir los mismos errores, para eso llegó la inversión.
El equipo buscó aceleradamente llenarse de futbolistas con experiencia y que vinieran a liderar un plantel completamente acéfalo. La jugada de la dirigencia azul era esa, dotar al camarín de jugadores que en su club fueran referentes, para así comenzar a armar un proyecto deportivo que más adelante dispusiera de los jóvenes.
Santiago Escobar, entrenador colombiano, fue el encargado de liderar ese nuevo proyecto, donde arribaron jugadores como Ronnie Fernández, Felipe Seumour, Hernández Galíndez, arquero y seleccionado ecuatoriano, y Álvaro Brun, volante de 34 años, que venía de ser capitán del Montevideo City Torque.
Lamentablemente para la U, al poco andar ese proyecto fracasó. Santiago Escobar fue despedido a los 4 meses de llegar, y Hernán Galíndez, quien era el arquero titular, fue perdiendo terreno hasta entrar en conflicto con la dirigencia, lo que lo hizo regresar a Ecuador a mitad de año, para intentar ser parte del equipo que jugaría la Copa del Mundo, y finalmente así fue.
Hernán Galíndez estuvo muy cerca de perderse el mundial, donde fue titular, por venir a la U. de Chile. Tenía opciones de llegar a River Plate si esperaba un año más, pero eligió llegar a Chile en el verano de 2022, en una decisión que casi le cuesta su carrera. Se arrepiente de su determinación, pero al final “no salió nada mal”, comentó desde Qatar, cuando le recordaron su paso por la U.
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