Por Santiago Rojas
Gustavo Quinteros ha dado muestras en sus dos años en Colo Colo que no tiene problemas para dejar de contar con jugadores que son regalones de la hinchada. La visión del entrenador muchas veces va en contra de lo que pide la afición, y esto se ha visto en casos como los de Luciano Arriagada, Alexander Oroz o Joan Cruz.
El director técnico boliviano le ha cerrado la puerta a estos jugadores, a pesar de que le hayan rendido en algún momento, y que, tanto por ilusión o por ser formados en casa, gozaban del cariño popular. Ahora ha estado ocurriendo lo mismo no solamente con el mismo Oroz, que solo ha jugado 31 minutos, sino también con uno de sus jugadores regalones del año pasado.
Colo Colo, luego de la partida de Pablo Solari a River Plate, ha buscado afanosamente ese jugador que logre desequilibrar en el uno contra uno. No lo pudo conseguir con Zavala, quien solo estuvo una temporada y ahora defiende los colores de Curicó Unido. Tampoco ha podido suplirlo del todo Marcos Bolados, aunque el ex Antofagasta ya se ha ganado un puesto de titular.
Una de las grandes esperanzas de Gustavo Quinteros había llegado de un fútbol poco tradicional. Marco Rojas, el chileno neozolandés arribó a Colo Colo con el cartel de jugador líder y desequilibrante, y sus buenas actuaciones le hicieron ganarse el cariño de la hinchada, y también de Quinteros, pero este romance parece haber acabado.
El volante de creación solo ha disputado un encuentro como titular, donde fue reemplazado, y al partido siguiente no salió al campo, quedándose en la banca, viendo como su equipo no era capaz contra Coquimbo Unido. En ese momento Gustavo Quinteros pudo haber confiado en Rojas para dar vuelta el marcador, pero al parecer esa esperanza ya se esfumó para el entrenador, que prefiere a otros jugadores por sobre Marco Rojas.
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