Por Santiago Rojas
La llegada de Ricardo Gareca a la selección chilena ha revitalizado las esperanzas de un equipo que busca reconectar con sus días de gloria, tal como lo hizo en Perú, al punto que a meses de haber partido, todavía lo siguen extrañando, tanto desde los hinchas como jugadores que dirigió, como Jefferson Farfán.
La influencia del técnico argentino se ha sentido desde el primer momento, no solo en el campo de juego con una victoria contundente sobre Albania, sino también en el ambiente interno del equipo, algo que en Perú aún recuerdan con añoranza.
Gareca ha hecho hincapié en la importancia de fortalecer el vínculo humano dentro del plantel, convencido de que la cohesión grupal es esencial para alcanzar los objetivos trazados. Esta aproximación ha sido bien recibida por los jugadores, quienes ven en Gareca no solo a un estratega, sino también a un líder capaz de unir y motivar al equipo.
La preocupación de Gareca por la integración de Ben Brereton, debido a sus dificultades con el español, es un reflejo de su enfoque inclusivo y detallista. A través de conversaciones personales y con ayuda de un traductor, el técnico busca asegurar que todos los jugadores se sientan parte del proyecto, independientemente de las barreras idiomáticas.
Las prácticas de Gareca se distinguen por su simplicidad y enfoque en el juego colectivo, alejándose de metodologías más complejas o intensivas empleadas por sus antecesores. Su estilo directo y práctico ha generado un impacto positivo, permitiendo a los jugadores enfocarse en lo esencial y entender claramente lo que se espera de ellos en el terreno de juego.
En su interacción con los jugadores, Gareca combina el análisis táctico con el estímulo personal, recordando a los integrantes de la Generación Dorada sus logros pasados y alentándolos a revivir ese nivel de excelencia. Eduardo Vargas y Mauricio Isla son solo dos ejemplos de jugadores que han recibido este impulso motivacional, reflejado en el rendimiento en el campo.
Gareca también ha sabido manejar con eficacia las dinámicas internas del equipo, respetando las decisiones grupales como la elección del capitán, lo que ha fortalecido su relación con el plantel y ha contribuido a un ambiente de respeto mutuo y compromiso compartido.
Ante Francia, un rival de primer nivel, Gareca y la selección chilena enfrentarán un desafío mayúsculo, que pondrá a prueba estas primeras semanas de trabajo. El duelo se disputará este martes a las 17:00 horas de nuestro país.
22/12/2024
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