Traidor en Perú y ahora resistido en Chile, Ricardo Gareca se queda sin apoyo

La llegada de Ricardo Gareca a la dirección técnica de la selección chilena ha sacudido el tablero futbolístico en Sudamérica, especialmente en Perú, donde su legado parecía intocable. Tras llevar a la selección peruana a un Mundial después de 36 años y alcanzar la final de la Copa América 2019, Gareca se convirtió en una figura venerada, cuyo nombre era sinónimo de éxito y renacimiento futbolístico.

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Sin embargo, su decisión de tomar las riendas del archirrival ha transformado la admiración en controversia, dividiendo opiniones entre aquellos que le guardan lealtad y quienes ahora lo ven como un traidor.

En Chile, la primera convocatoria de Gareca ha estado bajo el microscopio, generando críticas por las decisiones tomadas. A diferencia de Perú, donde su liderazgo siempre fue respaldado por un halo de confianza y apoyo, en Chile enfrenta el desafío de ganarse el respeto y la aprobación tanto de la afición como de la prensa.

En Perú sigue siendo un traidor

El periodista Jaime Bayly ha emergido como una de las voces más críticas respecto al nuevo capítulo profesional de Gareca. En declaraciones a través de su canal de YouTube, Bayly no ocultó su decepción: “Profundamente decepcionado de Gareca”, marcando la narrativa de la traición percibida por algunos sectores en Perú.

Para Bayly y otros, el Clásico del Pacífico es más que un encuentro deportivo; es una expresión de identidad y orgullo que Gareca, al aceptar el cargo en Chile, parece haber transgredido.

“Gareca podría ser entrenador de la Selección Argentina; Gareca podría ser entrenador, tranquilamente, de la Selección Uruguaya, de la Selección Colombiana, de la Selección Ecuatoriana, de la Selección de Costa Rica, de la Selección de Brasil. Y yo no me hubiera sentido traicionado”, sostuvo el polémico periodista.

Habiendo perdido el cariño que le quedaba en su antigua selección y sin ganarse la confianza de su nueva hinchada, el Tigre Gareca navega por aguas muy inquitas y parece estar haciéndolo solo, por lo menos por ahora.