Por Santiago Rojas
En una noche que prometía ser una fiesta del fútbol chileno, el arranque de la Supercopa 2024 entre Colo Colo y Huachipato se vio abruptamente opacado por incidentes que forzaron su suspensión.
Los disturbios en las gradas, intensificándose a medida que el partido avanzaba, llevaron al árbitro José Cabero a tomar la drástica decisión de suspender el duelo cuando apenas restaban diez minutos para su conclusión.
Vladimiro Mímica, testigo de cientos de partido de esta envergadura, expresó su profundo descontento ante la situación: “Es una pena tremenda. Da una impotencia ver como los delincuentes se toman un escenario deportivo que fue impecable con los Juegos Panamericanos”, “No hubo respeto por el memorial en el estadio nacional. Destruyeron ese lugar. Impidieron que se pudiera jugar. Las autoridades y el gobierno de turno deben tomar medidas porque esto no puede seguir reiterándose”, añadió pidiendo acciones inmediatas.
La reacción de Aníbal Mosa, principal accionista de Blanco y Negro, reflejó la complejidad de la situación y el impacto negativo que estos eventos tienen en el deporte. “Están echando a perder el espectáculo. Esta cuestión le hace mal a los colocolinos, al equipo que no pueda tener su hinchada. Esto le hace mal al club”, sostuvo el director albo.
“Estamos abiertos a que este partido pueda continuar. Los hechos de violencia no los justificamos de ninguna manera, pero no podemos pensar que por un hecho de violencia hay que de dejar de jugar al fútbol. El día de mañana, cualquier equipo que va ganando pueda cometer un desmán para los puntos”, dijo por su parte Daniel Morón, desplazando la responsabilidad a la ANFP.
22/11/2024
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