Liga Chilena

De humillar a Universidad de Chile a vender paltas, el alcohol le cambió la vida

El exfutbolista se había transformado en uno de los grandes proyecto nacionales.

Por Santiago Rojas

El exfutbolista se había transformado en uno de los grandes proyecto nacionales.
El exfutbolista se había transformado en uno de los grandes proyecto nacionales.
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El fútbol chileno ha sido testigo de momentos mágicos e inolvidables, y uno de esos instantes lleva el sello de Mauricio Cataldo. El 15 de junio de 2003 es una fecha que no se borrará de la memoria de los amantes del fútbol chileno. Quizás la fecha no les diga mucho, pero la imagen está clavada en la memoria colectiva.  

Con la camiseta del Campanil, en un duelo vibrante entre Universidad de Concepción y Universidad de Chile, Cataldo se convirtió en el artífice de un gol que ha trascendido en el tiempo. El partido estaba empatado y durante el tiempo extra, Cataldo anotó con una rabona que dejó sin respuesta a Johnny Herrera. Aquel gol no solo significó la eliminación de la U, sino que también se consagró como uno de los más espectaculares en la historia del fútbol chileno.

Este golazo ha sido reconocido como el más lindo del campeonato nacional en una encuesta del Canal del Fútbol en su momento, ahora, todavía ese tanto de Mauricio Cataldo sigue recibiendo elogios, sin embargo, su autor, hoy vive una realidad totalmente distinta a la de los aplausos que recibió en su momento.  

Sin embargo, detrás de ese momento de gloria, hay una historia de lucha personal contra la adicción al alcohol, que finalmente terminó llevando a Mauricio Cataldo al retiro temprano, con solo 32 años. “A los 12 años comencé a beber, y para cuando tenía 23, ya estaba destrozado. Aunque en el campo brillaba, fuera de él, mi vida estaba llena de problemas y dolor”, contó hace un tiempo a AS.

Hoy vende paltas por Internet

“Equipos de España, el Saint Gallen y otros mexicanos me querían. A pesar de beber justo hasta antes de jugar un partido, igual sobresalía y anotaba. Imagina hasta dónde podría haber llegado”, se lamenta el futbolista, que ahora se dedica a vender paltas y otros productos en su cuenta de Instagram. Además, hace clases de fútbol a niños de su barrio.

“Creo que todo lo que me sucedió fue por un propósito de Dios. Si hubiera triunfado en Europa, tal vez nunca hubiera encontrado a Jesucristo ni trabajaría ayudando a niños ahora. Si hubiera tenido millones, la arrogancia me habría superado”, comenta el exverdugo azul. 


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