Por Santiago Rojas
El fútbol chileno ha estado lleno de proyectos inconclusos, especialmente antes de la aparición de la Generación Dorada, que marca un antes y un después en cuanto a la proyección exitosa de futbolistas que surgían con mucho talento y luego lo confirmaban en ligas más competitivas.
A principios de siglo, asomó en la cantera de Audax Italiano un talentoso futbolista que llenó las expectativas de todo el medio, incluido el posterior entrenador de la selección chilena, Claudio Borghi. Estamos hablando de Mauricio Cataldo, quien se haría famoso en 2003 justamente por una rabona.
El talentoso jugador, que había llegado a Universidad de Concepción para hacer dupla con Jorge Valdivia en el mediocampo, anotó un gol de oro de rabona, eliminando a Universidad de Chile de playoffs. Una humillación que quedó pegado en la memoria colectiva de los hinchas nacionales.
Lamentablemente después de esa gesta, Mauricio Cataldo no progresó en su carrera como su compañero Jorge Valdivia. El volante, según Tranfermarket, llegó a estar tasado en 5 millones de dólares. “Yo era problemático. Si era alcohólico desde niño, y después ya andaba curado en todos lados. Al tiempo empecé a consumir cocaína para no curarme. El diablo te va engañando”, contó a El Desconcierto, dando cuentas de por qué no pudo triunfar.
Mauricio Cataldo se retiró del fútbol a los 31 años, sin haber conseguido nada de lo que se esperaba de él. Ahora vende paltas al por mayor y perfumes por Internet. “Me di cuenta temprano que era alcohólico, pero no lo paré a tiempo”, sentencia con amargura quien quizás, pudo se parte de Generación dorada.
18/11/2024
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