Por Santiago Rojas
En la historia reciente del fútbol chileno son varios los nombres de futbolistas que prometían tomar la posta de la generación dorada, pero que lamentablemente fueron quedando en el camino, ya sea por malas decisiones, por problemas de conducta o por un talento que nunca explotó.
Uno de estos casos es el de Sebastián Toro. El defensor, formado en Colo Colo, comenzó a aparecer en el primer equipo en 2009, con un fútbol y una personalidad que le hicieron ganarse el apodo del nuevo Arturo Vidal. El futbolista estaba llamado a llenar el espacio que había dejado la salida del Rey Arturo.
Sebastián Toro jugó muchos partidos cuando recién comenzaba su carrera profesional, pero al momento en que ya tenía que asentarse en el equipo algo, donde incluso se pensó que sería el capitán, comenzó a tener algunos problemas de comportamiento que lo fueron marginando poco a poco.
A partir de 2013, bajo la dirección técnica de Gustavo Benítez y Héctor Tapia, Sebastián Toro, lejos de pasar a ser capitán de Colo Colo, comenzó a quedar marginado, hasta finalmente salir del equipo comenzando un periplo por diversos clubes chilenos y del extranjero, en ligas de segundo orden. Finalmente se retiró a los 32 años.
El futbolista, que se autodefine como “fanático y autodidacta de la construcción”, se construyó su casa en una parcela de Colina y comenzó un negocio para armar proyectos de clientes. Ahora dedica su tiempo a su constructora y a seguir a Colo Colo como hincha. Su última aparición fue en la despedida de Esteban Paredes.
22/11/2024
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