Liga Chilena

Rechazó a Colo Colo, los goleó y ahora cuenta increíble historia con su madre

El delantero fue uno de los verdugos del cuadro popular.  

Por Santiago Rojas

El delantero fue uno de los verdugos del cuadro popular.  
El delantero fue uno de los verdugos del cuadro popular.  
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Es uno de los futbolistas más importantes en la historia del fútbol chileno. Alberto "Beto" Acosta llegó al balompié nacional en 1994, en una época en que arribaban otros seleccionados sudamericanos como Sergio Fabián Vásquez, Claudio Borghi o su compañero de hazañas, Néstor Raúl Gorosito, pero el Beto, con sus goles, brilló con luz propia con la camiseta cruzada.  

El histórico delantero ahora ha compartido una anécdota sorprendente que revela cómo se vive el fútbol en Argentina. Tras su paso por Europa, el "Beto" se unió a Boca Juniors, decisión que provocó el silencio absoluto de su madre, fiel hincha de River Plate: "Estuvo dos semanas sin hablarme. Cuando le conté sobre mi fichaje por Boca, no podía creerlo", revela Acosta en conversación con La Tercera.

El contexto de esta singular decisión materna tiene raíces en Arocena, su localidad natal. En este lugar, la ferviente rivalidad entre Boca y River no solo se vive en la cancha, sino que forma parte del día a día de sus habitantes. "En mi pueblo, o eras de River o eras de Boca. Y en casa, todos sabíamos que éramos hinchas de River", comenta el exgoleador.

Durante su estancia en Boca Juniors, Acosta demostró su valía con 13 goles en 42 partidos. Para añadir picante a la ya polémica decisión de unirse al "Xeneize", el "Beto" marcó en dos ocasiones contra River en los superclásicos, probablemente aumentando el descontento de su madre riverplatense.

En Chile se hizo famoso por anotar en los clásicos

En Chile, el Beto Acosta anotó 92 veces con la camiseta cruzada, consiguiendo títulos como la Copa Interamericana en 1994 y la Copa Chile en 1995, antes de su gran conquista, que fue la final del '97 contra Colo Colo, donde anotó la apertura de la cuenta y, además, hizo expulsar al arquero rival. Acosta, con su astucia característica, logró que Marcelo Ramírez, guardameta albo, viera la tarjeta roja en una jugada que aún resuena entre la hinchada cruzada como una linda humillación hacia el rival.  


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