Por Santiago Rojas
Colo Colo es uno de los pocos equipos del fútbol chileno que no pudo tener las casi dos semanas de vacaciones que tuvieron las otras escuadras, porque debido a la mala planificación de la ANFP, el cuadro albo debió seguir disputando la Copa Libertadores durante el receso, teniendo además una programación cortada.
El cuadro albo jugó el partido por la fecha 5 del grupo F de la Copa Libertadores el 6 de junio, y tendrá que esperar al 29 para jugar el último encuentro, y entre ellos, el 25 se enfrentará a Unión La Calera por la siguiente fase de la Copa Chile, un calendario que ha hecho muy compleja la planificación para Gustavo Quinteros.
Mientras el entrenador boliviano prepara los próximos desafíos, también está lidiando con la dirigencia colocolina por la posibilidad de potenciar rápidamente el plantel, sin esperar a conocer su futuro en el torneo continental, que es lo que han puesto en evidencia los dirigentes con la demora de sus negociaciones.
El director técnico ha querido meter presión elaborando una lista de jugadores prescindibles para que logren salir del club y así abrir el espacio suficiente para la llegada de los tres jugadores que pidió, uno por línea. Para ello, será necesario que del club salgan al menos cuatro futbolistas, de los cuales la mayoría serían refuerzos.
Uno de los primeros en encontrar salida es Matías Moya. El volante creativo, que llegó precedido de un gran año en Ñublense, abandonaría el club para volver al cuadro de Chillán, que tiene la ilusión de competir en la Copa Sudamericana en el próximo semestre. Para el entrenador Jaime García sería la prioridad, algo que ayudaría a la salida de Marías Moya.
22/11/2024
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