Por Víctor Martínez
Los graves incidentes ocurridos en una nueva versión del clásico universitario dejará tema de análisis, debate y conversación para toda la semana. Lo cierto es que la situación es gravísima y las autoridades del fútbol deben tomas cartas en el asunto, puesto que toda la actividad y la seguridad de los asistentes se encuentra enserio riesgo.
Los casos del último tiempo tienen arrinconado al fútbol y en cada partido hay que rogar para que el encuentro se desarrolle con normalidad. Los enfrentamientos entre barristas, las bengalas, petardos y bombas de ruido, el lanzamiento de proyectiles al campo de juego ponen en riesgo a los futbolistas, cuerpo arbitral, cuerpo técnico, a los trabajadores de prensa y a los mismos hinchas.
Todo llegó a su punto culmine con el lanzamiento cuando de una de las bombas de ruido explotó cerca de Diego Flores, cuarto árbitro del encuentro y de un trabajador técnico de la transmisión televisiva, obligando al árbitro central, Francisco Gilabert a suspender definitivamente el encuentro luego de 31 minutos de juego.
El fútbol chileno está tomado por la violencia y la jefa de Estadio Seguro, Pamela Venegas, señaló que la Universidad de Chile, club organizador del evento, no siguió todas las recomendaciones de seguridad. "Deberíamos estar convocados en otra cosa. Cuando no están las garantías, sencillamente no se puede jugar. Acá hay incumplimientos graves del club organizador" enfatizó Venegas.
"Todos tenemos que colaborar y poner de nuestra parte. No sólo el gobierno. Todos. Todos los actores involucrados en el fútbol deben poner de su parte… Y lo primero es organizar bien y cumplir con las medidas de seguridad que se trabajan todas las semanas", aseguró la encargada gubernamental de la seguridad del fútbol.
22/11/2024
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