Históricos del fútbol chileno apuntan a otros culpables, no a Nicolás Córdova

La reciente eliminación de la selección chilena Sub-23 en el Preolímpico ha desatado una ola de críticas hacia el cuerpo técnico y, en particular, hacia Nicolás Córdova. Sin embargo, un sector de analistas y exjugadores ha salido en defensa del entrenador, argumentando que los problemas que enfrenta el fútbol joven en Chile trascienden la figura de cualquier director técnico.

En este contexto, voces como la de Cristian Leiva, con experiencia en selecciones menores, subrayan las dificultades estructurales y de inversión que limitan el desarrollo del fútbol formativo en el país: “Hoy en día los presupuestos son muy bajos en el fútbol menor, a los entrenadores se les paga muy poco y las canchas de entrenamiento son muy pocas en la gran mayoría del fútbol joven. Nuestros vecinos han avanzado mucho y nosotros estamos estancados”, dijo el exentrenador nacional a La Tercera.

Leiva destaca que, a pesar del talento individual, la falta de infraestructura y recursos adecuados pone a Chile en desventaja frente a potencias como Brasil y Argentina.

Por su parte, Mario Lepe, otro referente del fútbol chileno, insiste en la necesidad de aumentar la inversión en las categorías juveniles: “Debe haber más inversión para que no tengamos que esperar una generación que se da de vez en cuando para optar a algún título o alguna clasificación. Eso es algo que viene desde hace muchos años, no es un análisis reciente nada más”, dijo el excapitán cruzado.

Desde políticas hasta infraestructura básica

El preparador físico Manuel Astorga también ofrece una perspectiva que complementa la defensa de Córdova, al enfocarse en las deficiencias físicas de los jugadores chilenos: “Falta la implementación de políticas públicas a nivel preescolar y escolar que den bases fisiológicas reales a los niños que mañana van a entrar a escuelas polideportivas y también para los que van a ingresar al fútbol joven”, dijo el reconocido preparador físico.

Estas voces resaltan que, si bien la gestión táctica y las decisiones de Córdova pueden ser objeto de debate, el problema de fondo del fútbol chileno es mucho más amplio y complejo.